Los Fronterizos. Salta


Misa Criolla completa en vivo

 



 Gerardo Lopez, Cesar Isella, Juan Carlos Moreno y Eduardo Madeo.

Este conjunto nació en Salta en 1953, formado por alumnos del Colegio Nacional, que había organizado un festival folklórico. Inicialmente era un trío integrado por Gerardo López, Carlos Barbarán y Emilio Solá; este último se retiró al cabo de un año e ingresaron Eduardo Madeo y Juan Carlos Moreno, quedando así constituído el cuarteto.

En 1956 abandona el grupo Carlos Barbarán e ingresa César Isella. Esto significó un cambio importante para el conjunto: presentó una estructura armónica novedosa, con la voz aguda (Madeo) a menudo cantando sobre la melodía, a cargo del primer y segundo barítono (López e Isella), mientras que el bajo (Moreno) alternaba el acompañamiento con fragmentos solistas. Esta fue la formación que consolidó el estilo y con la que obtuvieron su mayor suceso, comenzando las giras por el país.

En 1963 graban junto a Eduardo Falú y Ariel Ramírez el LP "Coronación del folklore", y en 1964 llega la consagración internacional, tras la grabación de la versión original de la "Misa Criolla" de Ariel Ramírez. El gran éxito cosechado por esta obra les lleva a actuar en los más importantes auditorios del mundo.

En efecto, Los Fronterizos tuvieron éxito no solamente en nuestro país, sino también en el exterior, en Europa, Japón y Estados Unidos, actuando en lugares como el Vaticano, donde interpretaron la Misa Criolla junto a Eduardo Falú y Ariel Ramírez. Fue uno de los conjuntos emblemáticos de la década del 60.

En 1966 Isella decide retirarse para actuar como solista y es reemplazado por Eduardo "Yayo" Quesada. Esta formación persiste durante varios años, hasta que en una de sus giras se produce un grave accidente que afortunadamente no tiene consecuencias fatales ni secuelas importantes para los integrantes del conjunto. Sin embargo se producen desinteligencias entre ellos, cuestionando algunos el trajinar de las giras, que se han llevado la vida de tantos artistas. Poco después, en 1977, se produjo la separación de Eduardo Madeo, que formó su propio conjunto, y fue reemplazado por Omar Jara. La disolución de Los Fronterizos prosiguió ese mismo año con el litigio entre López y Moreno por la titularidad del nombre, que terminó en poder del último. López formó entonces Las voces de Gerardo López, llevando consigo a Jara y a Quesada, e integrando a Rodolfo Escandel. Moreno rearmó el grupo convocando a Germán Sánchez y nuevamente a César Isella.

En diciembre de 1999, se programa un gran homenaje en el Estadio Chateau Carreras de Córdoba. Allí se reúnen Madeo, Moreno, Isella y López para interpretar la "Misa Criolla" junto a Ariel Ramírez. El evento congregó a más de 35.000 espectadores que aclamaron a la formación que hizo famoso al grupo. Como consecuencia de este gran éxito, Ariel Carrascosa propuso a Los Fronterizos unirse de nuevo en modo definitivo, para lo que López, Madeo y Quesada estuvieron de acuerdo. Isella también fue invitado a integrar la formación del conjunto, pero sus ocupaciones se lo impidieron. Moreno declinó la invitación por residir en Estados Unidos.

De este modo nació la nueva formación de Los Fronterizos, con Gerardo López, Eduardo Madeo y Yayo Quesada, que graban el CD "Nuevamente Juntos". El 29 de junio de 2004, en la localidad de Unquillo, Córdoba, se produce el fallecimiento del "Negro" Gerardo López, quien tenía 68 años y vivía junto a sus hijos, nietos y bisnietos.

Fueron muchas las piezas que Los Fronterizos convirtieron en éxitos. algunas de las cuales fueron: Canción del jangadero, Tonada del viejo amor, Zamba del pañuelo, El burrito cordobés, El quiaqueño y Guitarra de medianoche.

En 1964, el compositor argentino de folklore popular Ariel Ramírez (ALFONSINA Y EL MAR) se hallaba en Europa y fue invitado a visitar un convento en Würzburg, una pequeña y hermosa localidad a unos 100 km. de Franckfurt. Dos religiosas, las hermanas Elizabeth y Regina Brückner comenzaron a explicarle los horrores de la guerra. No podían olvidar que esa casona y las tierras más distantes habían sido parte de un campo de concentración donde hubo alrededor de mil judíos prisioneros. Ariel sintió que tenía que escribir una obra profunda y religiosa, que honrara la vida y fuera capaz de involucrar a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Al regresar a Argentina surgió la idea de componer una MISA CRIOLLA, con ritmos y formas musicales de esta tierra.

Ese mismo año Ariel Ramírez, con la colaboración del cuarteto Los Fronterizos y otros destacados artistas locales, grabó el primer disco del que ya se llevan editados en vinilo, casette y CD más de 40 millones de copias. En 1988 el tenor Josep Carreras realizó una nueva grabación y poco después lo hicieron Mercedes Sosa y Zamba Quilpidor. Ésta es la versión grabada el 11 de Marzo de 1967 en la catedral alemana de Triel por la TV-Südwestfunk con el propio Ariel Ramírez al clave, las voces de Los Fronterizos (Juan Carlos Moreno, Yayo Quesada, Gerardo López y Eduardo Madeo, el charango de Jaime Torres, la guitarra de Luis Amaya, la percisión de Domingo Cura y el Coro Easo y Maitea, dirigidos por el Maestro Bastida.

La Misa Criolla se inicia con el Kyrie, concebido sobre dos ritmos -vidala y baguala- aptos para expresar la honda súplica de esta letanía. Se luce como solista en el tema de baguala, Gerardo López, cuya voz, desgarrada, crispada, dice el tema principal de la oración. El excelente intérprete de charango Jaime Torres inicia el Gloria con una ejecución magistral, que marca el ritmo de una de las danzas más populares del país: el carnavalito. Es una forma popular elegida con acierto para traducir el júbilo de la gloria del Señor, que Los Fronterizos y el coro exaltan a través de un diálogo encadenado de atrayente vivacidad. El más difícil de los momentos de la Misa Criolla es, sin duda, el Credo, por la grandeza de su tema y por el ritmo escogido: la chacarera trunca, aire muy popular en Santiago del Estero. Un ritmo obsesionante, casi exasperado, subraya la línea melódica que entra con una fuerza dramática impresionante en torno a las réplicas de Los Fronterizos y el coro, alternados en la afirmación de la profesión de que es propia de esta parte de la Misa. Ariel Ramírez trabajó el Sanctus sobre uno de los ritmos más bellos del folklore boliviano: el carnaval de Cochabamba, de marcado y subyugante compás, como lo requiere este momento de la Misa en que se aclama la gloria que llena los cielos y la tierra. El Agnus Dei está dicho en un estilo pampeano íntimo, tierno y a la vez solemne.

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